El consumismo, ser solidario y el consumo responsable ¿son compatibles? 4 claves

Jorge Martínez, publicista y activista social, afirma en un artículo reciente que "es 100% compatible ser consumista y solidario". Y es que en un mundo como el que vivimos, el consumo es parte del ciclo que ayuda a avanzar nuestra sociedad. Sin embargo, en muchas situaciones es difícil distinguir entre un consumo irresponsable, imparable, insostenible y un consumo que también puede ser altruista y consciente. El deseo de “tener” y de “poseer” objetos que nos hagan felices, con el fruto de nuestro trabajo también aporta en cierto grado a nuestro bienestar. Es la satisfacción de que nuestro esfuerzo para sobrevivir en esta sociedad también puede ser celebrado de alguna manera tangible.

Es aquí donde cobran importancia conceptos como el consumo responsable, que se ha convertido en una tendencia de moda que, junto con el aumento de la conciencia social, ha llevado a muchas personas a identificarse con la solidaridad. Esta tendencia se ha reflejado en el aumento de movimientos sociales, campañas de sensibilización y acciones de defensa de los derechos humanos.

Aunque el consumismo, el consumo responsable y la solidaridad pueden parecer conceptos opuestos, en realidad pueden ser compatibles si se abordan de manera adecuada. Quizás el objetivo es satisfacer nuestras necesidades de satisfacción y bienestar al respecto de lo que poseemos, teniendo en cuenta el concepto del consumo responsable. Para ello te proponemos algunas claves:

Comprender el impacto del consumo y actuar de manera acorde: la primera clave para lograr un consumo responsable y solidario es comprender el impacto que el consumismo tiene en el medio ambiente, la sociedad y la economía. Considerar el impacto ambiental de los productos que compramos y su huella ecológica. Alguna de las acciones que podemos tomar como consumidores son:

  • En tu día a día en la oficina puedes contribuir con el buen uso de los materiales, devices, etc para hacer un uso eficiente de los mismos. En particular, cuidar el uso de aquellos productos y materiales no reciclables.

  • Promover la reparación y la reutilización de productos

  • Fomentar el uso de productos responsables con el medio ambiente en casa como:

    • Pajitas de acero inoxidable

    • Tapas de silicona para conservar los alimentos

    • Cepillos de dientes madera de Bambú

    • Champús y geles sólidos

    • Cápsulas de café recargables, rellenables y reutilizables

Reducir el consumo: una vez que se comprende el impacto del consumo, es necesario tomar medidas para reducirlo. Esto significa tratar de adquirir únicamente aquello que realmente se necesita, evitando la compra impulsiva y la acumulación de bienes innecesarios. Hacer un buen mantenimiento de las cosas y cuando acabe la vida útil de un producto, tener en cuenta las posibilidades de reciclaje de los materiales con los que está hecho. Es importante también optar por productos locales, de buena calidad y que respeten el medio ambiente. Elegir marcas y empresas que apuestan por la calidad también ayuda a reducir el consumo innecesario.

  • En tu día a día en la oficina puedes contribuir con el consumo responsable de papel y a la par refuerzas nuestro compromiso con el mindset paper free y la sostenibilidad.

  • Al comprar productos perecederos en cantidades adecuadas también te ayuda a evitar problemas como la descomposición de los alimentos.

Invertir en empresas responsables y solidarias: finalmente, es importante invertir en empresas que sean socialmente responsables y cuenten con una política bien desarrollada. Estas empresas consideran el impacto social y ambiental de sus productos y trabajan para minimizarlo. Al invertir en estas empresas, se contribuye a la causa de la solidaridad y el consumo responsable de manera excelente, potenciando el desarrollo económico de las iniciativas con valor social y ambiental.

  • En tu día a día en la oficina puedes contribuir valorando los proveedores que sean socialmente responsable e integren este valor añadido en su ADN.

  • Tener cuidado ante campañas como el green washing. Existen actualmente certificados aprobados por la Unión Europea que te permiten tomar decisiones con seguridad. Entre alguna de ellas son:

    • Global Organic Textile Standard (GOTS) - Requisitos reconocidos mundialmente para los textiles orgánicos.

    • Better Cotton Initiative (BCI) - Es una organización mundial sin fines de lucro y el programa de sostenibilidad del algodón más grande del mundo.

    • PETA-Approved Vegan - Ayuda a los consumidores a identificar artículos veganos de un vistazo mientras compran y realizar compras que se alinean con sus valores.

    • Fairtrade International - Conecta a los agricultores y trabajadores con las personas que compran sus productos.

Compartir y donar: una vez que se han reducido las compras innecesarias, podemos compartir recursos con personas en situación vulnerable. Esto significa donar alimentos, ropa y otros bienes a aquellos colectivos que no se pueden permitir la compra de muchos de los productos que en ocasiones damos por hecho para nosotros mismos. Del mismo modo, se pueden ofrecer servicios como ayuda voluntaria, donaciones de tiempo y asesoramiento.

En conclusión, el consumo responsable y la solidaridad pueden ser compatibles si vamos un poco más allá a la hora de tomar nuestras decisiones de compra. No se trata de salir del mundo y dejar de disfrutar de aquello que nos gusta, darnos un capricho y vivir una vida cómoda, pero sí es importante tomar conciencia del impacto que el consumo (y más el consumismo) tiene en el medio ambiente, la sociedad y la economía. Haciendo el esfuerzo de reducir el consumo, compartir y donar recursos, invertir en empresas que sí son solidarias, creamos un mundo cada vez más justo y sostenible para todos. Este puede ser nuestro mejor legado ¿Te animas a ser parte de él?

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